martes, 14 de abril de 2009

"El remisero fantasma"

Si bien, en una oscura época, las compras eran de hecho realizadas en el Carrefour de Warnes, la noche del misterio fue una de las que le puso fin a la costumbre.
Cuentan los mitos que en la tierra de Warnes, al caer el sol salen los hombre-lobo, científicos locos emos estudiantes de agronomía, cartoneros y remiseros fantasmas. Nuestra historia de hoy, es sobre estos últimos, y sobre como sobrevivimos al espanto de compartir la Avda. San Martin, entrando por Donato Alvarez y girando por Lamas hasta Camarones... con uno de ellos.

Extrañamente, la compra fue rápida y fluída, sin mayores sobresaltos que unos 50 o 60 pesos (siempre calculados en el presupuesto) de diferencia de caja y góndola. Un extraño fenómeno que suele encontrar resolución tras gritos de espanto, incontinencia urinaria y el gerente de la sucursal devolviendonos el dinero en efectivo.
Quizas... muy extrañamente tranquilo, dirán ustedes. Y con cuanta razón!

SE SABE, que cuando uno va a ese súper, tiene una ventana de 40 minutos entre que recibe el ticket de la compra, sale del shock y hace el reclamo correspondiente por la diferencia de precios, en los cuales uno puede disponer de llamar al remis, para que este, lo espere "del otro lado de la reja", dado que esos 40 minutos son utilizados por el personal de la sucursal para cerrar la misma con uno adentro.
Esta no fue la excepción y mi señor marido llamó a la remisería quien le proveyó de los datos del auto que iría por nosotros; remisería que para conservar su nombre, la llamaremos "Camarones" la cual por completa coincidencia, está alojada en una calle de igual nombre.
Procedemos a retirarnos (si, porque me fui porque quise, no porque me echaron) del establecimiento con el dinero devuelto en la mano, en dirección a las veinte millas donde termina el estacionamiento y no se tiene permitido llevar el changuito. Una vez ahi, por la reja, sacamos los alimentos a la vereda en espera del vehículo de renta solicitado.

Los minutos pasaban de a decenas! DECENAS!!! y dos decenas después, se aproxima un taxi (dado que en el misterioso reino de Warnes, hay un hechizo que impide que los taxis paren cuando uno le hace señas de noche) y al frenar ante nosotros mientras nos preparabamos para abordar, el hechizo hizo presencia y el taxi decidió no abrirnos la puerta. No importa, la esperanza del remis seguía en pie. Tenía que hacerlo, no había nadie más en un kilómetro a la redonda.

Un decena más en el tiempo, un auto como el descripto por la señora telefonista de la remisería (aparentemente, según me informó el Sr. Marido) se aventura por la calle en cuestión a lo cual, mediante saltos y señas -cual "Viven"-, pedimos que pare, indicandole que nosotros eramos los pasajeros que buscaba. Así lo hace el buen chofer.

El cónyugue del presente blog va al baúl y empieza a colocar bolsas mientras el chofer -que no se bajaba- le hablaba a un handy que nunca le contestaba, hací ruido o parecía un handy en lo absoluto, y terminó de acarrear las que tenía en la mano, ingresandolas al vehículo. De ahi, le dimos las indicaciones del camino y llegamos a nuestro hogar:

Chofer: Aca?
Nosotros: Sisi, aca está bien. Cuanto de debo?
Chofer: Emmmhh... no se... cuanto pagas siempre?
Nosotros: 10.
Chofer: Ok, dame 10.

Acto seguido, subimos la compra al segundo piso, mientras el teléfono sonaba incesantemente, motivo por el cual me apronto a atenderlo.

Yo: Hola?
Sra.: Si, te hablo de la remisería, el chofer está aca porque no los encontró.
Yo: Como no nos encontró si nos dejó hace 60 segundos en la puerta?
Sra.: El chofer volvió del super hace 10 minutos.
Yo: ...
Yo: ENTONCES AL AUTO DE QUIEN ME SUBI?!

3 comentarios:

  1. El auto matcheaba la descripcion que me habia dado la vieja, that's my story and Im sticking to it.

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  2. un temita ehh, probaron yendo los sabados al super.. onda de salir antes de que caiga la noche

    saludos

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  3. pero la onda es preguntarle al remiser: "remis??? "
    asi te aseguras....
    safaron de pedo chicos!! por surte una aventura con final feliz!

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