viernes, 17 de abril de 2009

It´s never 5.1

Que yo soy una cebada con la tarjeta de crédito no es ninguna novedad. SE SABE que cuando salgo cargada, es incierto el muerto con el que puedo volver.
Así es como mi marido cumple su función de "conciencia", ejerciendo su doctorado en "hacerme sentir para el culo cuando quiero comprar algo estúpido". Parte de este ejercicio, contempla la improbable posibilidad de hacerme saber que es buena idea comprar algo, motivo cual, dada su rareza, escucho y tengo orgasmos múltiples mientras la inmensa virilidad de mi Visa me atraviesa todo el Post-Net.

Así fue como un día, ya habiendo cambiado de Carrefour (algo que establecimos el se enteró cinco meses después), fuimos a averiguar por algún appliance genérico en un pintoresco domingo.
Ese domingo, sería conocido en la historia como "El día D", "D" de "Delareputisimamadrequelosremilparió". Que creo que es una palabra aguda u oxítona.

Ese día, había un gran cartel amarillo que funcionaba como la luz violeta en las moscas. (Si, me siento atraída sexualmente por las ofertas. Es un síndrome mucho más común en mi género de lo que arrojan las cifras oficiales de una cosa llamada INDEC. Ni idea.).
Me apersono a leer el cartel a unos 15 centímetros, solo para expresar corporalmente que no podía creer la oferta y para enviar la indirecta de "quieroquieroquieroquiero" que envían los niños cuando se quedan mirando un juguete en la vidriera sufriendo espasmos internos con las pupilas dilatadas simulando catatonia ante los gritos de su madre.
Si, oferta de 5.1. 5.1!!!! al fin ese sonido choto iba a ser historia. TENIA QUE TENERLO, sobretodo porque combinaba con la decoración.

Dos minutos después, tenía a mi marido en el bolsillo. El ya había hecho planes de como lo iba a poner en la PC y que lindo se iba a escuchar el soundtrack de Grease y Hairspray. Si, entre varias otras cosas, las teorías de que hay plumas a punto de explotar desde el interior de un closet son compartidos entre amigos, conocidos y gente que viaja con el mientras canta como Olivia Newton John.

Luego de aprobada la compra y con la adrenalina aún corriendo por mis venas, no se hizo esperar mi preocupación por mi próximo fix con lo que todo se me hizo claro: DEBIAMOS COMPRAR... OTRO MÁS!
Creyendo que un enfermero me vendría a contener con una inyección de Metadona... sobrevino la sorpresa. Había quórum. Increíblemente, el análisis de la lógica de poner OTRO 5.1 en la tele parecía tener sentido para alguien sano, o mejor dicho, para otra persona que no fuera yo.

Tomamos dos palos enormes, los apaleamos y procedimos a introducirlos a una bolsa. Pasamos por caja, y luego de llegar al climax al presenciar el erotismo de la tarjeta introduciéndose en cámara lenta, me fui fumándome un pucho, haciendo aros con la boca. Como los que tengo puestos ahora.

Por supuesto, que había un factor el cual, extasiada en mis propias compras, suelo olvidar: La paja de mi marido para hacer cualquier tarea inmediatamente después de haber hecho otra como caminar, respirar o buscar girl on girl action en youporn.
Pensar que lo conectaría al llegar fue una utopía tan grande que aún compite con el 1 a 1, una buena temporada de Lost o que me presente al padre de esa compañera que tiene que dicen es igual a Hugh Laurie.

Luego de una lucha de poderes (donde si el no lo colocaba.... idem), accedió procediendo a la instalación.

Se sacó el producto de la caja, las instrucciones, garantía, cablecitos, piecitos y cositas de ensamble. Se corrió la PC, la tele, se dispuso un nuevo sistema de alimentación de corriente dado que los enchufes no alcanzaban, se precintaron todos los cables y se devolvió todos los muebles a su lugar: Había llegado el momento de la prueba.
Nos paramos en frente de ambos aparatos y los prendemos.

Para serles honesta, el sonido era una cagada, pero quizás eso se debió a que de 10 parlantes, andaban 4. Dos de cada set de 5.1.

Después de volver a volver a correr la PC, la tele, desenchufar todo, sacar todos los precintos de pan lactal y rever el problema, pude notar que quizás el hecho de que hubiese parlantes SIN conectar tuviese algo que ver. Fue entonces, cuando intentando remediar el error, nunca pudimos encontrar un agujero salida para enchufarlos, aunque yo ya tenía en mente uno muy bueno donde colocar los parlantes, con caja, manuales, garantía y todo de un solo envión.
Luego de análisis y deliberación, mientras yo cocinaba, escucho silenciosos pasos que me alcanzan en la puerta de la cocina. Lógicamente era el señor, quien replicó: "me parece que esto no soportaba 5.1 eh".



Tuve cinco minutos de reflexión respecto del ano de quien iban a tener que remover quirúrgicamente todo lo que estaba en el living. Solo puedo decir que MI historial médico, todavía no tengo ninguna duodenostomia.

2 comentarios: