miércoles, 15 de abril de 2009

It was my pocket all alonooong!!!!

Quizas una de las veces más ejemplificadoras de la premisa de este sitio, sea el relato que a continuación me dispongo a compartirles.

Una noche fría de invierno, en medio de la escarcha y la sangría que representa "la compra mensual", nos encontrabamos en el Carrefour maldito (De ahora en más, Carrefour Suc. Warnes), a punto de salir luego del cierre de cajas, inmediatamente después del escándalo habitual por la diferencia con el precio de góndola. Un ingenuo creería que allí estaba encontrando el fin la odisea de abastecer el hogar, pero nada más alejado de la realidad, la noche -como Marcelo en la góndola en el súper equivocado-, estaba en pañales.

El hombre de la casa se dipone a ir al locker en busca de su mochila, donde se encontraba el efectivo para pagar el viaje a casa y la llave de esta, por lo cual nos apersonamos a media luz al sector, solo para quedarnos mirando con la cabeza levemente inclinada hacia la derecha, aquella puerta naranja, aquella muralla de metal que nos separaba de una baño caliente y una buena sopa.

A esta altura, las leyes de probabilidad calculadas sobre la base de un Marcelo, hace redundante la respuesta: la llave se había perdido.

Mi cónyugue, macho alfa de las tres baldosas al cuadrado que ocupa, compañero de emociones y causante de mi hipertensión, seguía buscando la pequeña llave en sus pantalones, bolsillos, piso, changuito y la alfombra que casi compra solo para poder chequear debajo. El señor volvió sobre sus pasos y recorrió centímetro a centímetro el supermercado a oscuras, excepción que calculo hicieron por nosotros, dado que siempre terminamos a oscuras en el predio de todas formas.

Al volver del dentino anterior, la línea de cajas, creímos que lo sabio era darnos por vencido. Aún así, quedaban dos lugares para buscar, pero creo que pensó que no valía la pena chequear en sus entradas.
Sin saber que hacer, solo atiné a buscar al personal de seguridad para que abriera el locker, algo que irónicamente, el personal de seguridad NO está autorizado a hacer, por lo cual, bajo la escarcha y el cielo cruelmente despejado de invierno, me recorri todo el playón mientras el señor seguia mirando el piso, intentando generar espontáneamente una llave con su mente en las baldosas.

Una vez dentro del campo de concentración que tiene Carrefour para sus empleados, logro que con muchos gritos llamen a la empresa que fabrica los lockers. Por supuesto, eran ya casi las once de la noche y la gente de los lockers se había ido hacía unas escasas... cinco horitas. Mientras tanto la gente entraba y salía sin darme ni cinco de pelota.

A las once y media de la noche, luego de dejar en claro que no me iba a retirar del establecimiento sin "mis" (por "mis" quiero decir "sus") cosas, dos señores de seguridad tienen la amabilidad de escoltarme ( y por "escoltarme" quiero decir "arrastrarme") hasta la puerta donde estaba Marcelo esperándome con cara de circunstancia.

Comenzamos a abrigarnos para salir con 25 bolsas de super, en la oscuridad, con el plan de caminar 15 o 20 cuadras por la ciudad maldita, contando el dinero que tendríamos que gastar en un cerrajero, en caso que nos encontremos el hada de las cerraduras en el camino, cuando un movimiento del buzo polar del señor le hizo recordar que en su camina había un bolsillo. Aparentemente, el segundo lugar donde no se le ocurrió buscar después de sus entradas.

Asi fue como a la medianoche, el hechizo se rompió y el pelotudo (y por "pelutudo" quiero decir "pelotudo") sacó la llave del bolsillo y abrio el locker de la felicidad. Esa noche, si bien no hubo Camino al Oscar, Marcelo estuvo a punto de llegar a Bariloche de una sola patada en el culo.

8 comentarios:

  1. nice, pero no fue exactamente asi, mientras vos estabas con los guardias, yo te llame para decirte "ya esta, ya esta, solucionado"

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  2. No, no lo hiciste. Sino me hubieses ido a buscar al otro lado del súper y en cambio, la llave apareció frente al locker ¬¬

    Creo que mi memoria fue probada muy superior a la tuya en más de una oportunidad en este blog.

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  3. no me entendiste, mientras vos estas "charlando" con los guardias, yo te llame al cel para decirte que estaba todo solucionado, pero no te dije como o porque, recien cuando llegaste, te comente.

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  4. En todo caso, seguis siendo un pancho. =D

    Cala.

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  5. Be that as it may, la única diferencia eran las coordenadas donde estaba parada.

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  6. jajajaaja no da perder esa llave!!!! jajajajajjaajjajajaja

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