miércoles, 22 de abril de 2009

"...porque tu marido seguramente también es un inútil" - BONUS!

"...porque tu marido seguramente también es un inútil" les trae un BONUS (que es una especie de medio aguinaldo bloguero pero con menos sorpresas de esas como cuando te enteraste que en realidad tu básico era la jubilación mínima de 1994, que el médico laboral no te justificó la meningitis, que tu supervisor es victima del Síndrome de Discapacidad Sexual (SDS) -una enfermedad que se cobra cada día más victimas- y las consecuencias que esto acarrea o que hace dos meses no trabajás más ahi) de esta sección donde cariñosamente ustedes pueden ser parte del escrache a la boludez humana enviándome su historia a hiketeia@gmail.com (copien y peguen porque seguro que lo escriben mal -como todo lo que hacen- como la vez que votaron a Menem, usaron chupines, instalaron el Vista o tomaron un trabajo en un Call Center).
Así que sin más vuelta...

EL FINAL SCORE:

"Veamos, hace bastante que vivo solo:

Incendios:
Graciadió ninguno aún. Lo mas parecido fue que la señora de la limpieza dejó apoyada una pala de plástico arriba del escape del termotanque (que en esa epoca no tenia el sombrerito) La pala se derritió y los restos cayeron adentro del termotanque. Nos dejó el depto aromatizado con plástico quemado por un mes.
EDIT: MEACORDE! Cuando estaba construyendo el esquinero del toilette tenía que curvar una pieza de madera terciada con vapor, usando una pava como generadora de vapor ad-hoc.... y se me prendio fuego la cinta de embalar con la que mantenía la curvatura de la madera; Casi se me prende fuego el rollo de cocina, y el resto de la cocina también. Lindo julepe me pegue. La próxima vez que intente curvar madera voy a usar una fuente de vapor que no se caliente con llama. O lo voy a hacer lejos de MI cocina.

Exposiones:
Voló a la mierda un caño del calefón y ví salir corriendo de la cocina a mi suegra y la mujer que limpian en medio de una nube de vapor.
Casualties: 0.
Property Damages: 1 acople de termofusión-caño de aluminio
Diagnosis: Diafragma de calefón pinchado.
Solution: Llamado al plomero para que meta un acople de termofusion-caño de agua caliente de aluminio nuevo, y cambio de diafragma del calefón.

Inundaciones:
Varios casos de ventanas abiertas con sudestadas importantes. Un par de casos de desagües tapados cuando desagotabamos la bañadera después de bañar a los críos. Algunos hechos aislados de lavarropas desagotando por lugares inadecuados.
Resultado: Muchas puteadas y media hora de trapeado/pasado de secador. NO permanent damage.

Pintura:
Estuve como 20 minutos subiendo y bajando a una escalera tratando de cubrir una zona más oscura en la pared con pintura. Cada vez que la cubría y me bajaba volvía a ver la mancha. Cuando me di cuenta que era la sombra de la lámpara que colgaba del techo ya había puesto como 1/4 litro de pintura en el lugar.Damage to my ego: De importancia. Me sentí Curly el de los 3 chiflados.

Electricidad:
He volado y destruido mas artefactos eléctricos que los Mythbusters en 3 temporadas.

Terremotos:
No hubo pero parecido: A 3 cuadras de donde vivía volaron la AMIA, y mi edificio -el más alto de la zona- se sacudió para la mierda. Hubo rajaduras por todos lados.
Resultado: Aumento de expensas para pago de los arreglos de rajaduras.

Accidentes:
Too many to count. Solo heridos leves y algunas puntadas.

Invasiones:
Además de las típicas cucarachas, grillos y hasta un murciélago, tuvimos una rata de importantes dimensiones que se instaló en el lavarropas por 3 semanas. Más o menos del tamaño de una nutria grande. Quizás un poco más. Ni el veneno ni las trampas que le pusimos le hicieron mella. Cuando estaba por pedirle una ballesta prestada a un amigo para terminar con el problema (el ángulo de tiro desde la ventana de la cocina no me permitía usar el arco y DE NINGUNA MANERA iba a abrir la puerta del lavadero para que se meta) un golpe en la puerta de metal la asustó (a ella y a mi esposa que casi me mata por el julepe que le hice dar) y se escapó a otro piso donde la capturaron con una trampa. De esas que se usan para capturar castores y otros bichos tamaño perrito.

Caídas:
Colgué una silla colgante (valga la repugnancia) del techo del balcón (o sea, del balcón de arriba) usando un taco fischer y un tornillo de la medida indicada por el ferretero (Si, flaco! esto te aguanta 150 kilos, como no te va a soportar a vos?).Terminé de culo en el piso, con la cadena, el tornillo y el taco fischer en la cabeza. Y un importante daño a mi ego. Se solucionó con un taco de expansión de bronce que puse luego de taladrar el balcón de arriba como un hijo de puta. Por cierto, subirse a una escalera en un balcón sin proteccion a taladrar el balcón de arriba con un rotopercutor no es lo mas inteligente ni lo mas seguro que hice en mi vida. No creo que esté aprobado por el consorcio o el arquitecto y es probable que cuando demuelan ese edificio, el taco ese siga adherido al balcón de arriba.

Intoxicaciones:
Tratar de hacer circuitos impresos en un departamento cerrado o sin ventilación adecuada, e intentar acelerar el proceso calentando químicos con un calentador de agua eléctrico, equivale a respirar muchos vapores tóxicos, y manchar con peróxido de sandanga hirviendo la ropa colgada."

Me gustaría hacer algún statment final al respecto, pero me quedé pensando en el S.D.S., algo que debería ser declarado emergencia sanitaria antes que ese mosquito de morondonga que en realidad no hace nada. Los argentinos vivimos inmersos en una "sensación de Dengue" y el periodismo explota la misma en pos de alejar a la opinión pública de la inminente propagación del Síndrome de Discapacidad Sexual que casualmente resulta ser la segunda causa de muerte en el mundo (la primera es la cumbia y el regetton), aún cuando el operativo de prensa invente enfermedades terminales como el cáncer o el comunismo.

Realmente indignante.
Y por "indignante" quiero decir "indignante como la voz de Susan Doyle con esa cara".

martes, 21 de abril de 2009

"...porque tu marido seguramente también es un inútil" - Update II

Porque lo prometido es deuda (y dios sabe la de promesas en cuotas que hice, hago y haré), la segunda parte de "...porque tu marido seguramente también es un inútil", enumerado y clarito porque ustedes son medios lelos y hay que ponerles dibujitos, infografías, wikipedias, links a youtube, youporn, youtwo, yousayhelloyoufooliloveyou y todas esas cosas que ustedes, zurditos (porque seguro son zurditos o agentes de call center), disfrutan.

Sobre como recibirse de pelotudo con honores:


1- Como cuando quise empujar un mueble pesado y para hacer fuerza me senté en el piso y apoyé la espalda contra la puerta-ventana. Por supuesto que lo único que se movió fui yo, a través del vidrio de la puerta-ventana.

2- O como cuando estaba lavando de mal humor los platos y la canilla me escupió (se ve que habían lavado el tanque o algo así. Le dí tremenda bofetada que la deje estampada contra la pared. No le pasó nada porque era de esas canillas que pivotan, así que la acomodé y seguí lavando. A los pocos segundos me percato que no podía doblar bien el dedo, y que de hecho me apretaba mucho el guante de goma. No podía doblar el dedo mayor porque me había hecho mierda una vena y se estaba llenando el dedo de sangre. Visita al hospital, donde por supuesto dije lo mismo que dicen todos los putos que entran con un tapón de desodorante atorado en el ojete: "Me caí"Canilla 1 - yo 0.

3- ¿Ya conté de cuando explotó el caño de agua caliente del calefón? Ok, ¿Y de cada vez que lavo los platos? ¿O cuando prendo la ducha? ¿O si baño a los nenes? ¿O al cambiar un cuerito? ¿Les dije de las veces que cambié el flotante del depósito del inodoro? ¿O cuando conecté el lavarropas?Básicamente, vivo mojado. Si algo tiene agua una legua a la redonda seguro que a mi me moja. Debo haber sido batracio en una vida anterior, porque estoy bastante acostumbrado a eso.Pero para condimentarlo un poco, en una ocasión me puse a cambiar el caño que conecta ambas bachas de la cocina, creo que se llama desagüe. Yo no sé como se llama, siempre saco la pieza rota y voy a la ferretería o a Easy con el pedazo de mugre roto en la mano la a ver si hay una igual o parecida. Por eso siempre me cobran mas caro. Me juego a que si voy y le pido "Dame un Ñoca AB345-7, de pvc, que los taiwaneses de plástico que me vendiste la semana pasada son una bosta" va a ser mas barato que pedir lo mismo pero llevando una bolsita con un adefesio podrido adentro y diciendo "¿tiene un coso de estos?" con cara de "apiádese de mi".La cuestión es que el caño choto ese tiene un depósito de inmundicia abajo (donde se recolecta todo lo que es mas o menos sólido para que no tape el caño) y está unido a tres lugares: Ambas bachas y el agujero en la pared donde esta el caño que desagota.Para desconectarlo, se aflojan las abrazaderas (tienen tornillos que ajustan y desajustan) que conectan la pieza.¿Conocen el chiste ese de Cristo en el que pide que lo bajen de la cruz y cuando le sacan el segundo clavo dice "Los pieeeeeeeeeeeeeeees!" y se va de trompa al piso? Bueno, yo hice la misma burrada, saque las dos abrazaderas de las bachas y se dio vuelta el caño choto, encima mío, derramando toda el agua podrida del depósito de inmundicias, acompañada de restos de alimentos en descomposición, junto con larvas de cosas que no creo que Symbelmyne se atreva a manipular sin guantes, soplete de butano y un equipo de swat para apoyo estratégico. La impresión de gusanitos retorciéndose sobre mi fué fuerte, pero Dios mío... EL OLOR DE ESO! y peor aun... EL OLOR MIO MANCHADO DE TODO ESO!.Llevar la porquería de pieza en una bolsa a la ferretería ni siquiera me dió asco después.La remera la tiré.

4- Me hiciste acordar algunas de las cagadas de mi infancia... si sigo vivo es gracias al disyuntor Thompson... y le pagué sus servicios quemándolo y casi muriendo al intentar cambiarlo.

De pibe desarmaba cuanto juguete tenía a mano "para ver como es adentro" y me quedaba con las piezas. Creo que ese es el principal motivo del odio que me tienen mis hermanos, porque no distinguía entre chiche propio o ajeno (hoy en día sigo haciéndolo). Sólo les voy a decir que si quieren darle mas potencia a un motorcito eléctrico extraído de un juguete, no lo enchufen a 220, porque.. bueno, va a haber mas potencia, que se manifestará mediante calor, humo y chispas. Pero nada de velocidad o torque en un motor de DC.
Y el disyuntor lo quemé un día que mis viejos estaban de vacaciones y me habían dejado a cargo. El muy puto disyuntor saltó, así que procedí a desenchufar todo lo de la casa (4 ambientes con dependencias, imagínense lo que me caminé) y trate de volver a dar luz... el muy puto seguía saltando así que como todo el mundo sabe, si el disyuntor salta sin motivo aparente lo que uno hace es apretarlo con el pulgar al grito de "HIJO DE PUTA! DAME LUZ CARAJO!" en vez de buscar el cortocircuito. Por supuesto, el puto disyuntor se quemó, dejando un cacho de plástico derretido a un costado y la casa definitivamente sin luz. En ese momento me dí cuenta que el lavarropas aún estaba enchufado y perdiendo agua, pero por mas que lo desenchufé el disyuntor había muerto de muerte natural.

Como mi viejo es aún mas obsesivo que yo, tenía la garantía del disyuntor (creo que eran 20 años de garantía o le devolvemos su hijo hecho una tostada) y como tengo el culo mas grande que una casa faltaba un mes para que se venciera (yo ya me veía gastando la plata que me habían dejado para vivir ese mes en un disyuntor). Llamé y me dijeron que lleve el viejo para pasar a buscar el nuevo.
Como se retira un disyuntor? fácil, con un destornillador. Cual es el paso previo? Si Uds dicen "cortar la corriente que viene desde abajo antes de meter mano en un circuito con electricidad" Uds. se perderían de disfrutar el chispazo que fundió mi destornillador sacándole un pedazo, y -obviamente- voló el fusible del sótano, me voló a mi dos metros para atrás del julepe y me dejo medio ciego por un rato. Toda la adrenalina.
Poner de nuevo el disyuntor fue sencillo, sobre todo porque no había luz en medio edificio. Para cuando solucionaron el problema el disyuntor nuevo ya estaba puesto.

Y con respecto a la cocina, nunca me digan "Dejamos los huevos hirviendo, apagalos en 5 minutos" mientras estoy viendo la tele. De hecho nunca me pidan que me acuerde nada cuando estoy viendo la tele. O cuando no estoy viendo la tele. Tengo mala memoria y soy distraído. Sobre todo si están dando los tres chiflados. No me importa si vi cientodieciocho veces el mismo capítulo. La vez cientodiecinueve me va a seguir resultando graciosa y me voy a enganchar de nuevo viéndolo. Curly es mi favorito. Shemp no era malo pero no se podía estar a la altura de Curly. Era un genio del humor.
A mi hermano mayor le gustaba mas Moe. Moe. ¿Cómo se puede ser fanático de Moe? ¿En que cabeza cabe?
No cabe duda que Curly era mucho mas gracioso. Siempre me gustaron los ruidos que hacía y como daba vueltas por el piso como pollo sin cabeza.
Cuando jugábamos a los tres chiflados, mi hermano era Moe, yo era Curly y mi hermana era Larry. Que lindos recuerdos...¿De que hablaba? ah! sí, cuando volvieron mis viejos la cocina estaba llena de olor a huevo quemado, los huevos estaban negros en el fondo de la ollita, la ollita estaba negra también y yo seguía viendo la tele. "¿No sentiste olor a quemado?" me preguntó mi vieja. "Un poco" le contesté mientras miraba la tele.
Que gracioso es Curly!
El puto de Joe no, detestaba cuando estaba Joe.”

Es en estas situaciones que uno voltea su cabeza a ver lo que le tocó al lado y dice: "y bueno, al menos es sanito".

lunes, 20 de abril de 2009

"...porque tu marido seguramente también es un inútil" - Update I

La convocatoria "...porque tu marido seguramente también es un inútil" ha dado frutos. Ok, está bien, nunca pensé que fuera a dar TANTOS frutos. Seis hojas de Word enumerando cagadas de un marido ajeno son más que suficiente para abastecer este blog por seis meses, motivo por el cual, este sublime update sobre "Un marido inútil que no es el mío, porque vieron que yo les dije que había más y ustedes no me creyeron, oh, hombres de poca fe", va a ser una enumeración en primera persona del marido inútil en cuestión, evidenciando que aún hay algunos que se hacen cargo orgullosamente de ser tan pero tan salames.

Macho Alfa hace uso de su innato conocimiento de motores -lo cual, como el futbol, viene codificado en el ADN (a menos que vengan con más fallas de fábrica que de costumbre)- y elige un vehiculo:

"Yo compre un dodge 1500, que es la cruza perfecta entre un medio de transporte y un mecano.

1) El volante andaba medio flojo, onda que iba por la autopista y podia girar 1/5 el volante en ambas direcciones y el auto seguia derecho. Un amigo que sabía mecánica me djo "boló te vas a matar! le vamo a cambiar la barra de diresión", asi que fuimos a warnes a comprar una barra de direccion nueva, que es un fierro con otro fierro engrasado adentro que se conecta al volante y las ruedas para poder esquivar la mayoria de los peatones. (no soy ingeniero mecánico como podrán notar). por un total de lo que serian 150 $ de hoy en materiales compramos la barra, el manchón (un disco de goma que si se te cae en la camisa te produce el motivo de su nombre) y un par de bulones (para alimentar mujeres pulposas).
Y la mano de obra?
Pues bien, como el pibe se daba maña, subimos el auto a una plaza que queda enfrente de las piletas de obras sanitarias, se tiró abajo y luego de putear, quemarse con el escape, mancharse con grasa, atornillar y desatornillar cambió la barra de dirección y el manchón (que era lo que estaba roto y hacia tan interesantes los viajes).
Despues de eso alineamos a ojo las ruedas y salimos a dar la vuelta de la victoria.
A la media cuadra, a unos 25 Kmph, el auto se clava en el lugar. Yo no, casi salgo por el parabrisas.
Cuando me bajo a ver, las ruedas delanteras estaban apuntando las dos hacia adentro como si el auto se estuviera aguantando las ganas de hacer pis. El pibe se tiró de nuevo abajo y las ajustó, esta vez bien.

2) Por supuesto, que todo el que sepa de mecánica me dirá "Obvio que lo llevaste a hacer alineación después de eso, no?"
- Por supuesto! - les responderé yo - solo que... definamos "después".

Si por "después" se entiende "Inmediatamente después", no.
Si por "después" se entiende "A las 3 semanas me quedaron las ruedas lisas y como soy re pija decidí andar así hasta que un par de meses mas tarde los dos neumáticos delanteros reventaron en avenida Libertador, a metros del paso bajo nivel, no me la puse ni me la pusieron de milagro, y me tuvo que venir a buscar la grua del ACA para llevarme porque sólo llevaba un neumático de repuesto, asi que me trasladaron a una gomería de guardia un domingo por la tarde, donde me rompieron el culo por dos neumáticos recauchutados que ni siquiera eran de la misma marca, y encima el de la gomería me gastaba porque decía que los que habian reventado parecían neumáticos de competición de lo lisitos que estaban" entonces si, lo llevé a alinear "después".

3) Mi auto tenía una inquietante tendencia a detenerse cuando agarraba un pozo fuerte, y había olor a nafta por todos lados. No arrancaba por un rato y después arrancaba. Un día conseguí descubrir que le pasaba. Cuando pasaba por un lomo de burro o un pozo y se sacudía el auto, el carburador se inundaba de nafta y desbordaba, el motor se ahogaba y se detenía. El desborde y chorreo de nafta se producía -por supuesto sobre el caño de escape caliente, con el consiguiente riesgo de incendio. Creo que ahi empece a tomar los lomos de burro con mas precaución.

4) En una ocasión, mientras circulaba por calles empedradas del barrio de Pompeya, veo que el capot medio como que rebota como si no estuviera cerrado. Me bajo del auto a ver que pasa y -efectivamente- el capot no estaba sujeto, pero a pesar de mis esfuerzos, no conseguia que se trabe al cerrarlo. Miro con detenimiento el cierre del capot y veo que hay como un agujero donde debería estar la traba. Miro hacia abajo al lugar donde la traba se introduce en el frente del auto y ¡Ahí estaba la muy puta! Pero no solo era puta, sino que tambien traicionera, porque la traba (una especie de tornillo+tuerca+un resorte para que el capot haga "Tak!" y se levante unos centímetros cuando lo destrabás) se disparó hacia mi ojo izquierdo, y no me lo vació de milagro. Me pegó en la ceja con toda la furia y de refilón me dió la tuerca en la pupila.
Tuvimos que salir a los pedos al Santa Lucía... pero un momento, ella no maneja! O sea, que me pongo un pañuelo en el ojo con la mano izquierda, y con la derecha tengo que manejar y hacer los cambios.
Pero, pero... ¿Donde queda el Santa Lucía? Seguro que un iluminado de por aquí sabe, pero en ese momento no teníamos idea, ni una filcar en el auto (fue lo primero que compré cuando pasó todo esto), así que fuimos hasta el negocio de la familia de ella, que era por allí a pedir una filcar.
Estacionar con una sola mano y un solo ojo, para quien esta acostumbrado a tener dos de cada uno, es un lio, les aseguro. Y caminar al negocio con un ojo tapado y que te entre una basurita en el otro ojo dejándote ciego en medio de la calle, es muy pero que muy desagradable.

5) El Dodge nunca tuvo un buen radiador. De hecho siempre tuvo el radiador pinchado, así que -cada tanto, cuando me apiadaba o me acordaba- paraba a echarle agua al radiador. Cada tanto era cada dos o tres semanas. Agua de la canilla, porque un auto macho es resistente a la corrosión y el óxido.

6) En una ocasión, el auto empezó a andar como el ojete. Como si lo estuviera tratando de arrancar en tercera -cosa que como manejaba entonces y con el estado deplorable de su caja de cambios no era rara- pero yo sabía que estaba en primera. Además vibraba mucho mas de lo normal. O sea, siempre vibraba como para aflojarte la columna, pero ya era vibración del estilo que se te caen los dientes y ves todo borroso.
Por supuesto que no lo llevé al mecánico. Supuse que ya se le iba a pasar solo.
En una de las paradas para ponerle agua al radiador (ver punto 5) veo que una de las bujías me mira. Eso no es normal, generalmente tienen encima un capuchón con un cable.
Paré el motor (siempre hay que ponerle agua con el motor en marcha) y le puse el capuchón que estaba suelto a la bujía (siempre hay que poner el capuchón con el motor parado).
El auto arrancó de una con sus vibraciones suaves nomales como si nada hubiera pasado. ¿No les digo que es un fierro? ¡Debe haber estado dos semanas andando en tres bujías, y arranca de una después!

7) Dos veces le abollé la puerta trasera derecha contra una columna al estacionarlo en el garage. Cambié de garage.

8) Volviendo del Tigre, creo que a la altura de San Isidro, se le cortó el cable del acelerador. Cuando llamo al ACA me dicen que van a tardar unas 5 horas y que no tenían el repuesto. Mi amigo con conocimientos de mecánica me dice "dejame a mí" Se sienta en el asiento del conductor y lo trajo desde San Isidro a Once con el cebador. El cable lo cambié al lunes siguiente.

No voy a seguir porque esto es infinitamente largo, y no lo va a leer nadie. Baste decir que el auto ese lo tuve UN SOLO AÑO y me pasaron al menos tres veces mas cosas que estas.
Todavía lo extraño."


Hay mucho más de donde vino esto lamentablemente para una pobre mujer. SE SABE que el exceso de pelotudez es nocivo para la salud por lo cual, sabiamente y porque me preocupan mis lectores (no, no lo hacen, no realmente, pero ustedes hagan de cuenta que lo creyeron así me quedo contenta con la acción polite del día) iré actualizando la situación de a poco.

Si tu marido es un inútil también o vos sos uno yourself, mandame tu historia a hiketeia@gmail.com, después de todo, podríamos haber elegido peor, como nuestro ex, ese que nos celaba con escenitas por el panadero, cuando nos daba una flautita de más.
(Que, a mi sola me pasó eso?)

viernes, 17 de abril de 2009

It´s never 5.1

Que yo soy una cebada con la tarjeta de crédito no es ninguna novedad. SE SABE que cuando salgo cargada, es incierto el muerto con el que puedo volver.
Así es como mi marido cumple su función de "conciencia", ejerciendo su doctorado en "hacerme sentir para el culo cuando quiero comprar algo estúpido". Parte de este ejercicio, contempla la improbable posibilidad de hacerme saber que es buena idea comprar algo, motivo cual, dada su rareza, escucho y tengo orgasmos múltiples mientras la inmensa virilidad de mi Visa me atraviesa todo el Post-Net.

Así fue como un día, ya habiendo cambiado de Carrefour (algo que establecimos el se enteró cinco meses después), fuimos a averiguar por algún appliance genérico en un pintoresco domingo.
Ese domingo, sería conocido en la historia como "El día D", "D" de "Delareputisimamadrequelosremilparió". Que creo que es una palabra aguda u oxítona.

Ese día, había un gran cartel amarillo que funcionaba como la luz violeta en las moscas. (Si, me siento atraída sexualmente por las ofertas. Es un síndrome mucho más común en mi género de lo que arrojan las cifras oficiales de una cosa llamada INDEC. Ni idea.).
Me apersono a leer el cartel a unos 15 centímetros, solo para expresar corporalmente que no podía creer la oferta y para enviar la indirecta de "quieroquieroquieroquiero" que envían los niños cuando se quedan mirando un juguete en la vidriera sufriendo espasmos internos con las pupilas dilatadas simulando catatonia ante los gritos de su madre.
Si, oferta de 5.1. 5.1!!!! al fin ese sonido choto iba a ser historia. TENIA QUE TENERLO, sobretodo porque combinaba con la decoración.

Dos minutos después, tenía a mi marido en el bolsillo. El ya había hecho planes de como lo iba a poner en la PC y que lindo se iba a escuchar el soundtrack de Grease y Hairspray. Si, entre varias otras cosas, las teorías de que hay plumas a punto de explotar desde el interior de un closet son compartidos entre amigos, conocidos y gente que viaja con el mientras canta como Olivia Newton John.

Luego de aprobada la compra y con la adrenalina aún corriendo por mis venas, no se hizo esperar mi preocupación por mi próximo fix con lo que todo se me hizo claro: DEBIAMOS COMPRAR... OTRO MÁS!
Creyendo que un enfermero me vendría a contener con una inyección de Metadona... sobrevino la sorpresa. Había quórum. Increíblemente, el análisis de la lógica de poner OTRO 5.1 en la tele parecía tener sentido para alguien sano, o mejor dicho, para otra persona que no fuera yo.

Tomamos dos palos enormes, los apaleamos y procedimos a introducirlos a una bolsa. Pasamos por caja, y luego de llegar al climax al presenciar el erotismo de la tarjeta introduciéndose en cámara lenta, me fui fumándome un pucho, haciendo aros con la boca. Como los que tengo puestos ahora.

Por supuesto, que había un factor el cual, extasiada en mis propias compras, suelo olvidar: La paja de mi marido para hacer cualquier tarea inmediatamente después de haber hecho otra como caminar, respirar o buscar girl on girl action en youporn.
Pensar que lo conectaría al llegar fue una utopía tan grande que aún compite con el 1 a 1, una buena temporada de Lost o que me presente al padre de esa compañera que tiene que dicen es igual a Hugh Laurie.

Luego de una lucha de poderes (donde si el no lo colocaba.... idem), accedió procediendo a la instalación.

Se sacó el producto de la caja, las instrucciones, garantía, cablecitos, piecitos y cositas de ensamble. Se corrió la PC, la tele, se dispuso un nuevo sistema de alimentación de corriente dado que los enchufes no alcanzaban, se precintaron todos los cables y se devolvió todos los muebles a su lugar: Había llegado el momento de la prueba.
Nos paramos en frente de ambos aparatos y los prendemos.

Para serles honesta, el sonido era una cagada, pero quizás eso se debió a que de 10 parlantes, andaban 4. Dos de cada set de 5.1.

Después de volver a volver a correr la PC, la tele, desenchufar todo, sacar todos los precintos de pan lactal y rever el problema, pude notar que quizás el hecho de que hubiese parlantes SIN conectar tuviese algo que ver. Fue entonces, cuando intentando remediar el error, nunca pudimos encontrar un agujero salida para enchufarlos, aunque yo ya tenía en mente uno muy bueno donde colocar los parlantes, con caja, manuales, garantía y todo de un solo envión.
Luego de análisis y deliberación, mientras yo cocinaba, escucho silenciosos pasos que me alcanzan en la puerta de la cocina. Lógicamente era el señor, quien replicó: "me parece que esto no soportaba 5.1 eh".



Tuve cinco minutos de reflexión respecto del ano de quien iban a tener que remover quirúrgicamente todo lo que estaba en el living. Solo puedo decir que MI historial médico, todavía no tengo ninguna duodenostomia.

miércoles, 15 de abril de 2009

It was my pocket all alonooong!!!!

Quizas una de las veces más ejemplificadoras de la premisa de este sitio, sea el relato que a continuación me dispongo a compartirles.

Una noche fría de invierno, en medio de la escarcha y la sangría que representa "la compra mensual", nos encontrabamos en el Carrefour maldito (De ahora en más, Carrefour Suc. Warnes), a punto de salir luego del cierre de cajas, inmediatamente después del escándalo habitual por la diferencia con el precio de góndola. Un ingenuo creería que allí estaba encontrando el fin la odisea de abastecer el hogar, pero nada más alejado de la realidad, la noche -como Marcelo en la góndola en el súper equivocado-, estaba en pañales.

El hombre de la casa se dipone a ir al locker en busca de su mochila, donde se encontraba el efectivo para pagar el viaje a casa y la llave de esta, por lo cual nos apersonamos a media luz al sector, solo para quedarnos mirando con la cabeza levemente inclinada hacia la derecha, aquella puerta naranja, aquella muralla de metal que nos separaba de una baño caliente y una buena sopa.

A esta altura, las leyes de probabilidad calculadas sobre la base de un Marcelo, hace redundante la respuesta: la llave se había perdido.

Mi cónyugue, macho alfa de las tres baldosas al cuadrado que ocupa, compañero de emociones y causante de mi hipertensión, seguía buscando la pequeña llave en sus pantalones, bolsillos, piso, changuito y la alfombra que casi compra solo para poder chequear debajo. El señor volvió sobre sus pasos y recorrió centímetro a centímetro el supermercado a oscuras, excepción que calculo hicieron por nosotros, dado que siempre terminamos a oscuras en el predio de todas formas.

Al volver del dentino anterior, la línea de cajas, creímos que lo sabio era darnos por vencido. Aún así, quedaban dos lugares para buscar, pero creo que pensó que no valía la pena chequear en sus entradas.
Sin saber que hacer, solo atiné a buscar al personal de seguridad para que abriera el locker, algo que irónicamente, el personal de seguridad NO está autorizado a hacer, por lo cual, bajo la escarcha y el cielo cruelmente despejado de invierno, me recorri todo el playón mientras el señor seguia mirando el piso, intentando generar espontáneamente una llave con su mente en las baldosas.

Una vez dentro del campo de concentración que tiene Carrefour para sus empleados, logro que con muchos gritos llamen a la empresa que fabrica los lockers. Por supuesto, eran ya casi las once de la noche y la gente de los lockers se había ido hacía unas escasas... cinco horitas. Mientras tanto la gente entraba y salía sin darme ni cinco de pelota.

A las once y media de la noche, luego de dejar en claro que no me iba a retirar del establecimiento sin "mis" (por "mis" quiero decir "sus") cosas, dos señores de seguridad tienen la amabilidad de escoltarme ( y por "escoltarme" quiero decir "arrastrarme") hasta la puerta donde estaba Marcelo esperándome con cara de circunstancia.

Comenzamos a abrigarnos para salir con 25 bolsas de super, en la oscuridad, con el plan de caminar 15 o 20 cuadras por la ciudad maldita, contando el dinero que tendríamos que gastar en un cerrajero, en caso que nos encontremos el hada de las cerraduras en el camino, cuando un movimiento del buzo polar del señor le hizo recordar que en su camina había un bolsillo. Aparentemente, el segundo lugar donde no se le ocurrió buscar después de sus entradas.

Asi fue como a la medianoche, el hechizo se rompió y el pelotudo (y por "pelutudo" quiero decir "pelotudo") sacó la llave del bolsillo y abrio el locker de la felicidad. Esa noche, si bien no hubo Camino al Oscar, Marcelo estuvo a punto de llegar a Bariloche de una sola patada en el culo.

martes, 14 de abril de 2009

"El remisero fantasma"

Si bien, en una oscura época, las compras eran de hecho realizadas en el Carrefour de Warnes, la noche del misterio fue una de las que le puso fin a la costumbre.
Cuentan los mitos que en la tierra de Warnes, al caer el sol salen los hombre-lobo, científicos locos emos estudiantes de agronomía, cartoneros y remiseros fantasmas. Nuestra historia de hoy, es sobre estos últimos, y sobre como sobrevivimos al espanto de compartir la Avda. San Martin, entrando por Donato Alvarez y girando por Lamas hasta Camarones... con uno de ellos.

Extrañamente, la compra fue rápida y fluída, sin mayores sobresaltos que unos 50 o 60 pesos (siempre calculados en el presupuesto) de diferencia de caja y góndola. Un extraño fenómeno que suele encontrar resolución tras gritos de espanto, incontinencia urinaria y el gerente de la sucursal devolviendonos el dinero en efectivo.
Quizas... muy extrañamente tranquilo, dirán ustedes. Y con cuanta razón!

SE SABE, que cuando uno va a ese súper, tiene una ventana de 40 minutos entre que recibe el ticket de la compra, sale del shock y hace el reclamo correspondiente por la diferencia de precios, en los cuales uno puede disponer de llamar al remis, para que este, lo espere "del otro lado de la reja", dado que esos 40 minutos son utilizados por el personal de la sucursal para cerrar la misma con uno adentro.
Esta no fue la excepción y mi señor marido llamó a la remisería quien le proveyó de los datos del auto que iría por nosotros; remisería que para conservar su nombre, la llamaremos "Camarones" la cual por completa coincidencia, está alojada en una calle de igual nombre.
Procedemos a retirarnos (si, porque me fui porque quise, no porque me echaron) del establecimiento con el dinero devuelto en la mano, en dirección a las veinte millas donde termina el estacionamiento y no se tiene permitido llevar el changuito. Una vez ahi, por la reja, sacamos los alimentos a la vereda en espera del vehículo de renta solicitado.

Los minutos pasaban de a decenas! DECENAS!!! y dos decenas después, se aproxima un taxi (dado que en el misterioso reino de Warnes, hay un hechizo que impide que los taxis paren cuando uno le hace señas de noche) y al frenar ante nosotros mientras nos preparabamos para abordar, el hechizo hizo presencia y el taxi decidió no abrirnos la puerta. No importa, la esperanza del remis seguía en pie. Tenía que hacerlo, no había nadie más en un kilómetro a la redonda.

Un decena más en el tiempo, un auto como el descripto por la señora telefonista de la remisería (aparentemente, según me informó el Sr. Marido) se aventura por la calle en cuestión a lo cual, mediante saltos y señas -cual "Viven"-, pedimos que pare, indicandole que nosotros eramos los pasajeros que buscaba. Así lo hace el buen chofer.

El cónyugue del presente blog va al baúl y empieza a colocar bolsas mientras el chofer -que no se bajaba- le hablaba a un handy que nunca le contestaba, hací ruido o parecía un handy en lo absoluto, y terminó de acarrear las que tenía en la mano, ingresandolas al vehículo. De ahi, le dimos las indicaciones del camino y llegamos a nuestro hogar:

Chofer: Aca?
Nosotros: Sisi, aca está bien. Cuanto de debo?
Chofer: Emmmhh... no se... cuanto pagas siempre?
Nosotros: 10.
Chofer: Ok, dame 10.

Acto seguido, subimos la compra al segundo piso, mientras el teléfono sonaba incesantemente, motivo por el cual me apronto a atenderlo.

Yo: Hola?
Sra.: Si, te hablo de la remisería, el chofer está aca porque no los encontró.
Yo: Como no nos encontró si nos dejó hace 60 segundos en la puerta?
Sra.: El chofer volvió del super hace 10 minutos.
Yo: ...
Yo: ENTONCES AL AUTO DE QUIEN ME SUBI?!

lunes, 13 de abril de 2009

I say "potato" you say "Carrefour de Warnes"

Cuenta la leyenda que había llegado el día de hacer la compra mensual en el súper. Este día, como todos esos días especiales, el ritual estaba pactado expresamente: yo saldría a las 6 en punto del trabajo y correría hasta el súper de Donato Álvarez a llenar el changuito para estar en la fila antes que se termine el envío a domicilio, a las siete, en orden de que mi marido llegara a las siete menos diez con la tarjeta en la mano. Como siempre.
Ese día en particular, ninguno había cobrado y por consecuencia, las monedas estaban literalmente contadas, pero con el envío a domicilio, ambos podíamos ahorrarnos el gasto de taxi hasta la casa. Así fue como luego de recorrer góndolas, aprovechar promos, hacer sumas y peripecias con el presupuesto recibo un sms: "estoy llegando en diez".
Eran entonces, las siete menos 20.
Menos 15...
Menos 10...
Menos 5...
Sabiendo que mi "cónyugue" (para evitar el uso de palabras más fuertes) contaba con solo una moneda de un peso, esperaba su llegada, no solo para que pagara, sino para un sútil escarmiento por arribar "sobre la hora".
Menos 4...
Tomo mi celular y lo llamo, aún sabiendo que su batería estaba por pasar a mejor vida:
Yo: "Donde estás? no llegamos!"
El: "Estoy adentro, te estoy buscando"
Yo: "Okok, anda a la góndola de los pañales que estoy ahi"
El: "Emh... estoy en la góndola de los pañales"
Yo: "No, no estás, yo estoy en la góndola de los pañales"

Menos 2...
Negrita
*** SILENCIO DE RADIO ***
Menos 1...

El: "En que súper estás?"
Yo: "En el que hacemos las compras desde hace tres meses"
El: "..."


"..." Indeed. Estabamos en la misma gódola a 4 km. de distancia.