lunes, 20 de abril de 2009

"...porque tu marido seguramente también es un inútil" - Update I

La convocatoria "...porque tu marido seguramente también es un inútil" ha dado frutos. Ok, está bien, nunca pensé que fuera a dar TANTOS frutos. Seis hojas de Word enumerando cagadas de un marido ajeno son más que suficiente para abastecer este blog por seis meses, motivo por el cual, este sublime update sobre "Un marido inútil que no es el mío, porque vieron que yo les dije que había más y ustedes no me creyeron, oh, hombres de poca fe", va a ser una enumeración en primera persona del marido inútil en cuestión, evidenciando que aún hay algunos que se hacen cargo orgullosamente de ser tan pero tan salames.

Macho Alfa hace uso de su innato conocimiento de motores -lo cual, como el futbol, viene codificado en el ADN (a menos que vengan con más fallas de fábrica que de costumbre)- y elige un vehiculo:

"Yo compre un dodge 1500, que es la cruza perfecta entre un medio de transporte y un mecano.

1) El volante andaba medio flojo, onda que iba por la autopista y podia girar 1/5 el volante en ambas direcciones y el auto seguia derecho. Un amigo que sabía mecánica me djo "boló te vas a matar! le vamo a cambiar la barra de diresión", asi que fuimos a warnes a comprar una barra de direccion nueva, que es un fierro con otro fierro engrasado adentro que se conecta al volante y las ruedas para poder esquivar la mayoria de los peatones. (no soy ingeniero mecánico como podrán notar). por un total de lo que serian 150 $ de hoy en materiales compramos la barra, el manchón (un disco de goma que si se te cae en la camisa te produce el motivo de su nombre) y un par de bulones (para alimentar mujeres pulposas).
Y la mano de obra?
Pues bien, como el pibe se daba maña, subimos el auto a una plaza que queda enfrente de las piletas de obras sanitarias, se tiró abajo y luego de putear, quemarse con el escape, mancharse con grasa, atornillar y desatornillar cambió la barra de dirección y el manchón (que era lo que estaba roto y hacia tan interesantes los viajes).
Despues de eso alineamos a ojo las ruedas y salimos a dar la vuelta de la victoria.
A la media cuadra, a unos 25 Kmph, el auto se clava en el lugar. Yo no, casi salgo por el parabrisas.
Cuando me bajo a ver, las ruedas delanteras estaban apuntando las dos hacia adentro como si el auto se estuviera aguantando las ganas de hacer pis. El pibe se tiró de nuevo abajo y las ajustó, esta vez bien.

2) Por supuesto, que todo el que sepa de mecánica me dirá "Obvio que lo llevaste a hacer alineación después de eso, no?"
- Por supuesto! - les responderé yo - solo que... definamos "después".

Si por "después" se entiende "Inmediatamente después", no.
Si por "después" se entiende "A las 3 semanas me quedaron las ruedas lisas y como soy re pija decidí andar así hasta que un par de meses mas tarde los dos neumáticos delanteros reventaron en avenida Libertador, a metros del paso bajo nivel, no me la puse ni me la pusieron de milagro, y me tuvo que venir a buscar la grua del ACA para llevarme porque sólo llevaba un neumático de repuesto, asi que me trasladaron a una gomería de guardia un domingo por la tarde, donde me rompieron el culo por dos neumáticos recauchutados que ni siquiera eran de la misma marca, y encima el de la gomería me gastaba porque decía que los que habian reventado parecían neumáticos de competición de lo lisitos que estaban" entonces si, lo llevé a alinear "después".

3) Mi auto tenía una inquietante tendencia a detenerse cuando agarraba un pozo fuerte, y había olor a nafta por todos lados. No arrancaba por un rato y después arrancaba. Un día conseguí descubrir que le pasaba. Cuando pasaba por un lomo de burro o un pozo y se sacudía el auto, el carburador se inundaba de nafta y desbordaba, el motor se ahogaba y se detenía. El desborde y chorreo de nafta se producía -por supuesto sobre el caño de escape caliente, con el consiguiente riesgo de incendio. Creo que ahi empece a tomar los lomos de burro con mas precaución.

4) En una ocasión, mientras circulaba por calles empedradas del barrio de Pompeya, veo que el capot medio como que rebota como si no estuviera cerrado. Me bajo del auto a ver que pasa y -efectivamente- el capot no estaba sujeto, pero a pesar de mis esfuerzos, no conseguia que se trabe al cerrarlo. Miro con detenimiento el cierre del capot y veo que hay como un agujero donde debería estar la traba. Miro hacia abajo al lugar donde la traba se introduce en el frente del auto y ¡Ahí estaba la muy puta! Pero no solo era puta, sino que tambien traicionera, porque la traba (una especie de tornillo+tuerca+un resorte para que el capot haga "Tak!" y se levante unos centímetros cuando lo destrabás) se disparó hacia mi ojo izquierdo, y no me lo vació de milagro. Me pegó en la ceja con toda la furia y de refilón me dió la tuerca en la pupila.
Tuvimos que salir a los pedos al Santa Lucía... pero un momento, ella no maneja! O sea, que me pongo un pañuelo en el ojo con la mano izquierda, y con la derecha tengo que manejar y hacer los cambios.
Pero, pero... ¿Donde queda el Santa Lucía? Seguro que un iluminado de por aquí sabe, pero en ese momento no teníamos idea, ni una filcar en el auto (fue lo primero que compré cuando pasó todo esto), así que fuimos hasta el negocio de la familia de ella, que era por allí a pedir una filcar.
Estacionar con una sola mano y un solo ojo, para quien esta acostumbrado a tener dos de cada uno, es un lio, les aseguro. Y caminar al negocio con un ojo tapado y que te entre una basurita en el otro ojo dejándote ciego en medio de la calle, es muy pero que muy desagradable.

5) El Dodge nunca tuvo un buen radiador. De hecho siempre tuvo el radiador pinchado, así que -cada tanto, cuando me apiadaba o me acordaba- paraba a echarle agua al radiador. Cada tanto era cada dos o tres semanas. Agua de la canilla, porque un auto macho es resistente a la corrosión y el óxido.

6) En una ocasión, el auto empezó a andar como el ojete. Como si lo estuviera tratando de arrancar en tercera -cosa que como manejaba entonces y con el estado deplorable de su caja de cambios no era rara- pero yo sabía que estaba en primera. Además vibraba mucho mas de lo normal. O sea, siempre vibraba como para aflojarte la columna, pero ya era vibración del estilo que se te caen los dientes y ves todo borroso.
Por supuesto que no lo llevé al mecánico. Supuse que ya se le iba a pasar solo.
En una de las paradas para ponerle agua al radiador (ver punto 5) veo que una de las bujías me mira. Eso no es normal, generalmente tienen encima un capuchón con un cable.
Paré el motor (siempre hay que ponerle agua con el motor en marcha) y le puse el capuchón que estaba suelto a la bujía (siempre hay que poner el capuchón con el motor parado).
El auto arrancó de una con sus vibraciones suaves nomales como si nada hubiera pasado. ¿No les digo que es un fierro? ¡Debe haber estado dos semanas andando en tres bujías, y arranca de una después!

7) Dos veces le abollé la puerta trasera derecha contra una columna al estacionarlo en el garage. Cambié de garage.

8) Volviendo del Tigre, creo que a la altura de San Isidro, se le cortó el cable del acelerador. Cuando llamo al ACA me dicen que van a tardar unas 5 horas y que no tenían el repuesto. Mi amigo con conocimientos de mecánica me dice "dejame a mí" Se sienta en el asiento del conductor y lo trajo desde San Isidro a Once con el cebador. El cable lo cambié al lunes siguiente.

No voy a seguir porque esto es infinitamente largo, y no lo va a leer nadie. Baste decir que el auto ese lo tuve UN SOLO AÑO y me pasaron al menos tres veces mas cosas que estas.
Todavía lo extraño."


Hay mucho más de donde vino esto lamentablemente para una pobre mujer. SE SABE que el exceso de pelotudez es nocivo para la salud por lo cual, sabiamente y porque me preocupan mis lectores (no, no lo hacen, no realmente, pero ustedes hagan de cuenta que lo creyeron así me quedo contenta con la acción polite del día) iré actualizando la situación de a poco.

Si tu marido es un inútil también o vos sos uno yourself, mandame tu historia a hiketeia@gmail.com, después de todo, podríamos haber elegido peor, como nuestro ex, ese que nos celaba con escenitas por el panadero, cuando nos daba una flautita de más.
(Que, a mi sola me pasó eso?)

1 comentario:

  1. felicitaciones por todos los comentarios chicas me encantaron!

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